La compañía Arkoll es una de esas compañías del Alarde sin fecha de fundación conocida. Lo que sí se sabe es que debió ser una de las primeras en formarse, ya que en el año 1900 el historiador y archivero Serapio Múgica publicó una pequeña crónica sobre las fiestas de Hondarribia y la historia del Alarde y en ella ya cita a la compañía.
Antiguamente en el barrio de Arkoll existían dos compañías: por un lado, estaba la Compañía Santiago (ya extinta) y por otro la actual compañía de Arkoll; ambas se fusionaron en una sola, que ha mantenido el nombre de Arkoll hasta nuestros días. Nunca ha sido una compañía demasiado numerosa, como sucedía en la mayoría de las compañías, en gran parte debido al bajo índice de población del barrio. En algunas ocasiones podían encontrarse tan solo un tambor durante los ensayos, y 6 o 7 en el día grande.
En la actualidad, las filas se componen de gente que vive en Arkoll, de familiares de personas del barrio y en ocasiones también de amigos, siempre intentando que los componentes tengan algún tipo de relación con el barrio. La compañía tiene su centro neurálgico en la Ermita de Santiagotxo. Desde ahí arrancan tanto en los ensayos como el día 8. Por el barrio desfilan durante los 3 ensayos que realiza la compañía.
La bandera de la compañía Arkoll también tiene historia. La primera bandera que utilizó la compañía de la que se tiene constancia escrita, fue un regalo del Conde de Llobregat entre los años 30 y 40. Leoncio Ancisar fue el que realizó la segunda bandera de la compañía y lo hizo justo al dejar el cargo de abanderado que había ostentado hasta entonces. La actual bandera se realizó en 2007 y se trata de una réplica exacta de la anterior. Como anécdota, hasta hace unos años, solo los componentes solteros de la compañía podían aspirar a llevarla.
La compañía Arkoll tiene el honor de portar la bandera de la ciudad durante el Alarde; algunos comentan que Jaizubia era la portadora de la bandera hasta que la perdió por algún motivo. En cualquier caso, actualmente lo que la compañía porta es el estandarte de la Parroquia y, lamentablemente, el recorrido se ha visto reducido respecto al original.
La elección de cantinera se realiza cada año el día de Santiago, como no podía ser de otra manera. La comisión, que se compone de un mínimo de 11 miembros, se junta el día 22 para recoger las candidaturas de ese año y comprobar que cumplen las condiciones requeridas que son: tener cumplidos 20 años el día 8 de septiembre, ser soltera y ser natural del barrio de Arkoll o haber residido en él durante los últimos 10 años. Desde 2011 esta última norma ha cambiado; ante la posibilidad de que algún año haya escasez de candidatas, se ha previsto la admisión en ese caso de candidatas con padres o abuelos que vivan en el barrio y, en caso de que esto tampoco pueda cumplirse, de hijas o hermanas de componentes de la compañía con diez años de antigüedad. Después de comprobar las candidaturas, el día 25 a las 12:00 se realiza la reunión.
Cada día 8 de septiembre comienzan juntándose en la ermita de Santiagotxo sobre las 6:45, la cantinera ofrece un pequeño desayuno. Después de formar se realiza una ofrenda al santo y un par de descargas en honor a los difuntos del barrio. Se dirigen hasta Gernikako Arbola desfilando por el barrio mientras amanece, en uno de los momentos más especiales para los miembros de la compañía y, seguramente, para las cantineras, ya que durante el trayecto van viendo poco a poco cómo sale el sol.
Después de haber subido a la Plaza de Armas, la compañía, al son de la Tamborrada recoge el estandarte de la ciudad. Por la tarde el estandarte se recoge antes de pasar por la Puerta de Santa María y se devuelve al bajar todas las banderas antes del Rompan Filas. No siempre ha sido así, ya que anteriormente un concejal, integrado en la compañía, portaba la bandera durante todo el desfile.
Por la tarde, para concluir el Alarde, Arkoll baja por la calle Mayor, antes que el resto de compañías, junto con la Banda y la Tamborrada y hace entrega del estandarte en la Parroquia; a continuación, siguen hasta el ayuntamiento, donde ven en primera fila la bajada del Burgomaestre, para escoltar las banderas de todas las demás compañías durante el rompan filas. Para terminar el desfile, bajan al son del zapatero hasta llegar a la Alameda, donde realizan una última descarga.